jueves, 16 de abril de 2015



Me encuentro completamente triste y me encuentro completamente feliz. Me encuentro catatónico de los sentimientos. Me encuentro perdido. Me encuentro flotando en una marea indescriptible. El cosquilleo elemental en mi cabeza, el entumecimiento del miedo. Estoy así, estancado entre el valer verga y ser una llamarada de vida. Los encuentros con la muerte avasallan pero tranquilizan. No sé qué siento, nunca lo había sentido. El dónde y cuando nunca habían sido tan inofensivos y la interpretación nunca tan innecesaria. El tiempo se detuvo y ahora vivimos en la nada, de sobra. Qué tranquilidad.

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